sábado, julio 31, 2010

Sissi


Siempre me gustó Sissi.
A todo el mundo en realidad.
Porque Sissi era maravillosa.
Sissi era bella, fue considerada hermosa incluso en una época en la que su cánon de belleza distaba horrores del imaginario mental que la buena de Sissi se autoimpuso. Se tatuó un ancla en un hombro. Vestía de Worth. Winterhalter pintaba estrellas en su pelo. Hacía ejercicio. Le encantaba la leche. Vivía en un palacio de Corfú. Estaba decidida a que nadie la viese envejecer. Y murió con una blusa maravillosa que un anarquista, por casualidad y para pasar a la posteridad, la trepanó con un fino puñalito. Sissi no se quejó. No sangraba por el corsé. Siguió andandando con su 1.70 y sus 50 kilos, dos de ellos de pelo (que le daba horribles dolores de cabeza pero del que estaba muy orgullosa) y cuando quiso volver al barco, se desplomó y moriría al poco.
Padeció anorexia y bulimia. Tenía una cintura de avispa. Hacía gimnasia. Detestaba el absurdo protocolo de la corte. Se pasó su vida preocupada por la locura. Le encantaba Homero y la Ilíada y la Odisea, sobre todo. Y tenía un corazón valiente. Se vistió de luto cuando murió su hijo. Y realmente sólo quiso a su hija pues los otros no pudo criarlos. Ganó el trono de emperatriz frente a su hermana Nené y llevaba un abanico, una sombrilla y un velo para cubrirse el rostro cuando envejeció.
Caminaba incansablemente. Y tenía una dieta muy severa. Pero cuando andaba por los montes, dejaba atrás a todas sus damas y seguía ella sola, adelante, con una falda sin polisones ni enaguas ni nada de nada a conquistar el cielo.
A Sissi la protegía Hermes.
Nadie sabe si fue feliz.
Pero qué bella.

9 comentarios:

Jesuz dijo...

Sissi tenía la teja corrida. Por eso me encanta. Su muerte siempre me parecerá una de las más fascinantes.
Saludos.

Holly Golightly dijo...

Jesuz. Sissi es interesantísima. Un beso

B. dijo...

Se podría decir que fue la precursora de algunas de las enfermedades psicológicas más importantes de esta época. Que estaba enamorada de sí misma, desesperada por nunca dejar de gustarse, ni permitir que el tiempo pase. Como tantas mujeres hoy en día.
A pesar de haber tenido una muerte tan triste, tan impactante; supongo que fue lo mejor. Hubiese perdido la poca cordura que le quedaba al verse envejecer, al levantarse un día y ver sus manos manchadas, arrugadas. Sus ojos ojerosos, con bolsas, sin brillo. No lo hubiese soportado. Sinceramente no se como hay gente que logra hacerlo, jaja.
Siempre es tan lindo pasar por aquí Holly, eres una persona sumamente interesante.
Por cierto soy Liesl, pero por un problemita tuve que cambiar mi pseudonimo. Un beso querida.

Holly Golightly dijo...

Lady B. !No lo sabía!. Esto de los "pseudónimos" está bien pero a veces es ... bueno. Muchas gracias por lo de interesante. Siempre es un placer. Te doy la razón con el comentario. Un beso

La Clochard dijo...

La verdad es que parece una historia actual... y éso de qué se tatuó un ancla?¿

Siempre aprendo algo cuando me paso por tu blog!

Un beso :)

variopaint dijo...

Todo un tipo Sissi...¿Leiste por fin a Wiessenthal?

bsssssssssssssss

Holly Golightly dijo...

Akari. Era marinera. Tiene un ancla en el hombro. Creo que hay alguna foto. ;) Un beso

Variopaint. Me leí sus tres últimos libres efectivamente. Muy buenos. Un beso

Josefina Andrés dijo...

Adoro tu blog, nunca lo digo pero esta entrada me ha hecho reventar.

Holly Golightly dijo...

Josephine. Muchas gracias. Un beso